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11.1.16

Descarrilando para ser buena esposa y buena madre

Inspirado en la Guía de la Buena Esposa


Hay respuestas que no caben en un tuit y después de leer este artículo no me podía quedar sin hacerlo.

La autora, Liz Lewis, se describe como "escritora freelance, esposa, madre y CEO de mi casa" y quiero escribir mi opinión sobre el artículo y cómo hay de base algunos errores a los que tenemos que poner foco. 

No voy a encender ninguna antorcha, sencillamente voy a desmontar algunas premisas falsas. 

Si una mujer decide quedarse a cuidar a su hijo y no le gusta, pues no pasa nada. Pero alegar algunas de las razones que esta mujer ha propuesto, es una forma muy superficial de tratar el tema. 


El dinero. 


Ella cuenta que al dejar de trabajar, se sentía culpable por gastar en ella. Esto no es la primera vez que lo escucho, le ocurre a muchas mujeres, pues bien, voy a dar mi punto de vista al respecto. 

Imaginemos que el escenario cambia. Ella, una vez tener a su hijo, desaparece, la abducen los extraterrestres y ese flamante marido y su bebé se quedan sin su madre. Una tragedia griega. 

Pues bien, como tal y cuenta ella, con ese salario vivían cómodamente. Ese hombre para cubrir las tareas que hace ella tendría que contratar:

- Servicio de limpieza diario para fregar, poner lavadores, limpiar, etc. Vamos a imaginar que sólo con 2 horas diarias, porque viven en un pisito, lo cubren. Eso pueden ser unos 12 euros la hora. Esto son 480 euros al mes

- Servicio de cuidado del niño. Es un bebé y vamos a imaginar que no va a guardería. Una persona que esté con ese bebé 10 horas diarias (las ocho del trabajo del padre más dos horas de ida, vuelta y tiempo de comida, en el mejor de los casos). No tengo a mano el convenio de este servicio, pero si ponemos un salario base y le añadimos algo más por las horas extra o por dos personas, claro, no se pueden trabajar más de ocho horas... pues vamos a poner unos 800 euros. Voy a ser buena y no voy a meter los gastos de contratación, que podría subir mucho. 

- Servicio de cocina. Vamos a obviarlo porque él come en el trabajo y se hace una cena rápida. 

- Gerente. Claro, necesitas a una persona que vigile cómo está el hogar: qué alimentos faltan, si hay detergentes, que se encargue de los proveedores, que haga los cambios de la ropa de temporada, que revise las bombillas, los pequeños desperfectos que van apareciendo en la casa... pon, a la baja, otros 800 euros al mes. Porque claro, este con que trabaje a media jornada, está bien, pero tiene una gran responsabilidad. 

¿Cuánto llevamos? Unos 2080 euros mal contados. Y lo he hecho a ojo de buen cubero. Si calculamos a pelo, al año suponen unos 24000 euros netos


Lo que ocurre realmente, es que esta mujer decidió dejar un trabajo remunerado con horario determinado por un trabajo NO REMUNERADO con guardia permanente. Imaginen tener un profesional contratado 24 horas durante 365 días, ¿cuánto les costaría?. 

 

El actual sistema capitalista se sustenta en este trabajo de las mujeres, si empezáramos a cobrar, se hundiría la economía.



Las demás madres. 


¿No es positivo que seamos competitivas? ¿y la aspiración es que seamos competitivas en estar delgadas o tener un buen marido? ¡Vamos! 


Las expectativas. 



Esto no tiene desperdicio, parece sacado de la Guía de la Buena Esposa de la época de Franco. No, no se puede tener una casa reluciente siempre a menos que esté vacía, de niños y adultos. 

No, no se debe tener todo impoluto para otros, el entorno limpio debe darse para un bien mayor, que es nuestro propio bienestar. 


El miedo y la aversión. 


Un bebé no llora de noche para fastidiar a los progenitores. Lo hace porque quiere estar acompañado. Cuando te pasas el día sola con tu hijo, deberías tener la oportunidad de conocerte mejor tú como niña, disfrutar de sus progresos y sus juegos, acariciarle y besarle, dormirte con él. 

Precisamente esos miedos de los que habla, esas preocupaciones, son una distracción, una falta de conexión con la realidad de los que hablaba en este otro artículo el otro día. 

La cuestión es que anhelar la libertad de escapar que se le supone al hombre, su marido, es un deseo de equipararse a lo masculino, es un error. Hay una brecha en el escenario que ella describe, y es la escasa implicación del hombre en la crianza de los hijos, no es libertad. También cómo se ensalza como cuidadora máxima para que él no se moleste y pueda ir a trabajar tranquilo. 

Desde luego, si esta mujer quería aspirar a la Guía de la Buena Esposa franquista, sí estaba siendo una mala esposa y una mala madre

Mi reflexión sobre todo esto es que cuando no estamos conectados con la realidad, ocurren estas cosas. Nos embargan presiones que no nos aportan nada. Mi experiencia con Alicia, mi proceso de resiliencia, me llevó a plantearme mi maternidad. Forzosamente yo me tuve que quedar a cuidar a Alicia, una niña con Parálisis Cerebral que puede que sea dependiente de por vida. Entonces, mi esquema cambió drásticamente, claro, con ayuda de mi terapeuta: hice lo que nunca había hecho antes, que fue cuidarme y sacar tiempo para mí. Darme cuenta del gran trabajo que yo hacía para el hogar, de la renuncia a las aspiraciones laborales que yo podía tener, y que por supuesto mi pareja me lo reconoce y participa, porque ningún turno de trabajo se puede mantener durante 24 horas, los 364 días del año durante toda la vida. 

#SoyUnaMamáResiliente

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